Descarbonización de tu diésel, ¿por qué es un buen momento para saber en qué consiste?

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Descarbonización de tu diésel, ¿por qué es un buen momento para saber en qué consiste?

Son muchos los motivos que se me ocurren por los que ahora, más que nunca, es un buen momento para conocer en qué consiste la descarbonización de un coche diésel, técnica que básicamente consiste en eliminar toda esa carbonilla u hollín adherida en el interior del motor.

Así pues, aunque descarbonizar tu coche diésel puede suponer un mantenimiento preventivo que te ayude a evitar averías, sobre todo si llevas a cabo hábitos de conducción que no son los más recomendables para una mecánica de gasóleo, también puede provocar costosos problemas y no siempre es solución mágica a defectos previos.

 

¿Cuáles son los motivos por los que descarbonizar tu diésel?

Como hemos dicho, la descarbonización es un proceso que consigue eliminar la carbonilla u hollín que se acumula en las paredes de nuestro motor, y aunque también es posible encontrarlo en los propulsores gasolina, su presencia en los diésel es mucho más habitual, y sobre todo, abundante. Ello se debe a que los procesos de combustión de estos motores no suelen ser completos y no se quema todo el combustible, y también a las propias impurezas, como azufre o restos de metales, que contiene el propio gasóleo.

En teoría ese hollín debiería ser expulsado por el escape, sin embargo, la válvula EGR recircula esos gases de escape sucios a la admisión, generando acumulaciones de carbonilla en la propia EGR y llegando a obstruirla, así como en las paredes del colector de admisión, las mariposas del sistema de admisión variable, y de forma menos probable, también en el interior de la cámara de combustión, en los inyectores o en los asientos de válvulas. Las consecuencias de todo ello podemos resumirlas en un mayor consumo, una pérdida de potencia, un funcionamiento más tosco o un «no apto» en la prueba de gases de la ITV.

No obstante, también existen hábitos en la conducción que agravan la situación, como por ejemplo, una conducción a bajas revoluciones, lo que favorece esa combustión incompleta a carga parcial, o trayectos cortos en el los que el motor no llega a alcanzar su temperatura de funcionamiento, o lo hace de forma muy breve, lo que provoca que parte de esa suciedad «no se queme».

Conducir a bajas revoluciones o realizar trayectos cortos agrava la acumulación de carbonilla en tu diésel.

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¿Por qué descarbonizar tu coche diésel ahora?

Volviendo al principio, ahora puede ser un buen momento para realizar una descarbonización a tu diésel por varias razones. Así pues, muy probablemente ahora uses tu coche diésel menos que antaño, bien sea porque tras la pandemia se ha implantado el teletrabajo en tu empresa, por las restricciones impuestas hasta hace unos meses o por el abusivo precio de los combustibles, lo que facilita la acumulación de la carbonilla según hemos explicado.

Asimismo, si debes pasar la ITV en breve también es una buena ideal someter tu diésel a este proceso, sobre todo si no lo has hecho nunca y tiene unos cuantos de años o kilómetros encima (y se encuentra en plena forma) para así afrontar la prueba de gases con total garantía.

Descarbonizar tu coche diésel entrado en años puede ser una media preventiva que alargará su vida y evitará costosas averías.

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Finalmente, también podemos entender la descarbonicación como un mantenimiento preventivo que ayudará a alargar la vida de tu coche diésel unos cuantos años, algo muy interesante teniendo en cuenta el momento en el que nos encontramos, con una alta inflación, los precios de los coches nuevos y de ocasión cada vez más altos y con la transición al coche eléctrico iniciada a pasos forzados pero con algunos años por delante para superar retos como contar con una red de carga lo suficientemente amplia. Por tanto, esos años de vida extra en tu diésel te supondrá llegar al momento adecuado para dar el salto a los «cero emisiones».

Además, no olvidemos que con ello podremos evitar costosas averías en nuestro diésel, que en el mejor de los casos pueden ir desde tener que limpiar la válvula EGR o el colector de admisión, pero que también puede suponer sustituir esos elementos, así como incluso el sistema de admisión variable (las llamadas mariposas o palomillas) o en casos más extremos el filtro antipartículas o los inyectores si se han bloqueado los pequeñísimos orificios que presentan para atomizar el combustible.

¿En qué consiste el proceso de descarbonización?

Aunque en Diariomotor ya te contamos con todo lujo de detalle en qué consistía la descarbonización, cuándo era recomendable llevarla a cabo, así como todas sus ventajas e inconvenientes, recordemos que es un proceso en el que se eleva consirablemente la temperatura de combustión para incinerar esos restos de carbonilla. Para ello existen dos métodos, el primero, que consiste en introducir orto-oxihidrógeno puro en la admisión, y el segundo, en el que se conecta una máquina al sistema de alimentación/inyección del coche, de forma que en lugar de usar gasóleo como combustible, usa un líquido especial. No obstante, ambas técnicas consigue lo mismo: mayor temperatura de combustión.

Sin embargo, antes de realizar una descarbonización es muy importante estar seguro de que el problema de nuestro coche radica en esa acumulación de suciedad, y no se trata de otra avería con síntomas similares, como unos inyectores sucios, un turbo averiado o fugas de aire en la admisión, ya que ese incremento de temperatura somete al propulsor a un sobreesfuerzo, que en caso de no encontrarse en óptimas condiciones, sobre todo en lo que a su sistema de lubricación y refrigeración se refiere, podría provocar otros problemas mecánicos.

El proceso de descarbonización consiste, básicamente, en elevar la temperatura de combustión para quemar las acumulaciones de carbonilla.

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Descarbonizar tu coche diésel no siempre es recomendable

Sin embargo, descarbonizar tu coche diésel no siempre es una buena idea, de hecho, puede llegar a ser contraproducente provocando más averías de las que en primera instancia previene este proceso. Ello se debe a la naturaleza del propio proceso de descarbonización que eleva considerablementente la temperatura de combustión para quemar los depósitos de carbonilla, lo cual implica someter la mecánica de nuestro coche a un sobreesfuerzo para el que no está diseñada, si bien es cierto que es muy puntual. Por tanto, si nuestro coche no goza de una excelente salud y está en plena forma, al margen de estos problemas de carbonilla, llevar a cabo una descarbonización puede provocar ciertas averías.

Por otro lado, es necesario tener en cuenta que la descarbonización no es una solución mágica a cualquier problema que presente nuestro coche diésel, por lo que antes de llevarla a cabo es necesario tener claro cual es la causa de la avería, ya que ésta puede radicar en un problema de lubricación, refrigeración, en el propio turbocompresor o incluso en el sistema de vació que no esté actuando correctamente sobre cualquier válvula.

Fuente: www.diariomotor.com